Se es madre desde que se está embarazada
y es que nuestro cuerpo comienza cambiar para formar a un nuevo ser. Durante mi
embarazo sufrí de constantes nauseas durante los 4 primeros meses al punto de
que en lugar de engordar adelgacé. Recuerdo una amiga que me dijo: “Mi niña,
así usted no quiera debe de comer porque el bebé necesita alimentarse”. Aunque
la frase fue dura para mí, sentí que escondía una verdad irrefutable: ante un
hijo, la madre pasa a segundo plano.
¿Estás preparada para ser mamá?
Algunas mujeres dicen que no son
madres porque aún no se sienten preparadas para ello. Es verdad sobre todo si
aún no estamos muy maduras, estamos estudiando y no tenemos ni un proyecto de
vida definido.
Hay mujeres que por el contrario,
dicen estar preparadas para ser madre,
pero con la llegada del bebé se dan cuenta de lo equivocadas que estabas al
afirmarlo. Sin embargo, es allí donde opera la magia del amor, el instinto maternal
y las ganas de cuidar a ese nuevo ser y la mujer toma las riendas de la
situación y asume el control.
Ser madre: un reto constante
Los hijos crecen al igual que sus
problemas; pero sin duda ser madre es un privilegio otorgado solo a seres
excepcionales: Las Mujeres.
En mi caso, he disfrutado mi
maternidad porque es lo que siempre había deseado, además he tenido el sólido
apoyo de un compañero de vida, mi esposo, quien muy asertivamente ha sabido ser
papá y mamá cuando se queda en casa con
el niño mientras yo salgo a trabajar en las tardes. También he recibido el
apoyo incondicional de mi mamá, quien es otra madre para mi hijo.
Déjenme decirles que si bien es
cierto las mamás sacamos la fuerza desde lo más profundo para seguir adelante
aún en las condiciones más adversas, somos de carne y hueso: nos cansamos, nos
deprimimos, necesitamos cariño, apoyo, comprensión y disfrutar de los mismos
derechos que los demás miembros de la familia. Por eso, pienso que la experiencia
de maternidad que cada una de nosotras como mujeres podamos tener inevitablemente
estará ligada con el entorno y con el apoyo que recibamos.
Así que esposos: apoyen a sus
esposas; hijos e hijas valoren a sus
madres, y jefes sean comprensivos con
sus empleadas que tengan hijos.
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