Actualmente,
todo caraqueño que se precie de serlo tiene una particular devoción hacia la imagen
del Nazareno de San Pablo, una talla en
madera de pino Flandes de Sevilla, España. Dicha imagen está rodeada de
leyendas: la primera de ellas señala que el escultor, después de terminar de
tallar la imagen, escucha al Nazareno decirle:
"Donde me has visto que tan perfecto me has hecho".
En sus primeros tiempos, esta
talla fue venerada en la capilla de San Pablo y de ahí
viene su nombre de Nazareno de San Pablo.
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