A los 50: Viejos para trabajar, jóvenes para
jubilarse
Por Ligia Salinas
Cuando
llegamos a los 50 años de vida, un día el trabajador se encuentra con que ya no
tiene que ir a trabajar, son los llamados “Pre
Jubilados”. Otros buscan empleo pero
ya nadie les quiere contratar.
La
pre jubilación es una nueva etapa de la vida que habrá que llenar de
contenido. Jubilarse a los 50 es un
estímulo para articular una nueva relación entre la vida y el trabajo que no
esté condicionado por la edad. Un debate
crucial para todos.
La
jubilación no es más que el paso de la vida activa a la pasiva, de cobrar por
lo que se trabaja a cobrar por lo que se ha trabajado y de levantarse
obligatoriamente temprano a levantarse temprano porque te apetece, se trata de
una etapa trascendental de la vida que se debe afrontar con lucidez y con
preparación.
Son
muchos los cambios que se deben abordar: psicológicos, familiares, sociales,
económicos y jurídicos entre otros.
Jubilarse es nuestra segunda juventud, no es
morirse. La percepción de que el jubilarse significa el fin de la existencia de
la persona es muy frecuente y está ligada al entorno cultural que nos rodea.
Generalmente
no nos preparamos con la debida antelación a esa situación y se generan
incertidumbres justificadas tanto de tipo económico como psicológicas.
Jubilarse debe ser como un “hasta aquí” del trabajo o actividad
que se ha venido realizando, pero nunca un retiro en donde lo que queda es
esperar sentados la muerte. ¡No, para nada! Nosotros los integrantes de la
Junta Directiva de la Asociación de Jubilados y Pensionados de la Presidencia
de la República somos el vivo ejemplo,
funcionarios que le dedicamos largos años de nuestras vidas al trabajo
honesto y responsable al servicio del estado venezolano, y ahora en nuestra
segunda etapa, luchamos por los derechos que nos corresponden, exigiéndolos
para todos los que están por integrarse a nuestra institución y los que ya
pertenecemos a ella, aquí estamos, no
tengas miedo, recuerda es la segunda etapa de nuestra vida laboral.
El
retiro debe ser visto como un acto trascendental en el que se demuestre dignidad hasta el final, y evidenciar madurez
emocional para cerrar con broche de oro.
Jubilarse
es solamente el cierre de un círculo en la vida para de inmediato abrir otro
con diferentes características e intereses.
Jubilarse
como bien lo dice su palabra es llenarse de júbilo por el deber cumplido. Hay
que recordar y hablar con júbilo sobre la labor que se realizó en nuestra
primera etapa.
“El
valor de la experiencia es envidia de los jóvenes”.
Interesante y bonito el escrito de nuestra colega Ligia.Estoy de acuerdo, pudiendo agregarsele que es una etapa de libertad , de no subyugarse, de realizar aquello que no pudimos hacer mientras fuimos funcionarias de horario y que alimenten mas a nuestro espiritu y cultiven nuestro ser.
ResponderEliminarMe gustó el artículo, porque si bien aún no he llegado a mi prejubilación si me permitió conocer cómo se sienten las personas al llegar a esta etapa de la vida. Gracias Ligia por compartir.
ResponderEliminar¡Que interesante artículo!. Me parece muy motivador y reflexivo para todas nosotras.
ResponderEliminar